El 26 de noviembre, a los 71 años, murió en San Salvador el arzobispo Arturo Rivera y Damas. Nadie lo esperaba. Un infarto masivo en la madrugada le permitió únicamente llamar a su obispo auxiliar, Gregorio Rosa Chávez para decirle que se sentía mal. En pocos minutos no pudo hablar más y murió. Durante los ocho días en que su cuerpo aguardó la sepultura, el pueblo salvadoreño demostró lo mucho que amaba a su pastor, digno heredero del amadísimo Monseñor Romero.(lea màs...)
Monseñor Arturo Rivera y Damas (San Esteban Catarina, El Salvador, 30 de septiembre de 1923 - San Salvador, El Salvador, 26 de noviembre de 1994) fue un religioso católico salvadoreño, Obispo de Santiago de María (1977-1980) y arzobispo metropolitano de San Salvador (1980-1994).[1]
El servicio episcopal de monseñor Rivera como arzobispo de la capital de El Salvador, coincidió con la guerra civil del país. Él fue el sucesor inmediato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero. Entre 1977 y 1980, monseñor Rivera, fue activo colaborador de Monseñor Romero, con quién mantuvo una relación personal de amistad. Él había sido obispo auxiliar de San Salvador, (1961-1977) durante el ministerio episcopal del precursor de Romero, Luis Chávez y González.(lea màs...)
Mons. Arturo Rivera Damas, continuando la labor de su antecesor, el emerítísimo y Siervo de Dios, Mons. Oscar A. Romero, defensor de los derechos humanos hasta el martirio, fundó Tutela Legal del Arzobispado. Mons. Rivera Damas desarrolló una pastoral en tres aspectos: a) auxilio a las víctimas del conflicto armado; b) la humanización dels conflicto mediante la protección y promoción de los derechos humanos haciendo énfasis en la aplicación del Derecho Internacional Humanitario durante esta guerra civil; y c) terminación del conflicto mediante el diálogo y negociación. (lea màs...)
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