Mujer que camina es un poema canción de Alejandro Filio
la cual dedicamos a todas las compañeras revolucionarias de América, especialmente a las mujeres montaña.
Mujer Que Camina
Alejandro Filio
No conforme con tus ojos
Te propongo menos cielo, más abrazo
Hace tiempo que te sueño
Y ya no se como explicárselo a estas manos
Que se rompe en el espacio
Cuando pasas simplemente caminando
Cuánta estrella llevas puesta en la silueta
Que me sigue deslumbrando
No es la noche ni el café
lo que me obliga a caminar por esta casa
Esta maldita incomprensión
Que no despega de tu cuerpo la mirada
Sigues siendo irremediable
Imprescindible para todo lo que estalla
Como luna irrepetible
Como viento entre las ramas
Mujer para el sol de mañana
Mujer hasta el borde del alba
Mujer que te pierdo y encuentro
Mujer para afuera, mujer para adentro
Mujer desafiando a los astros
Mujer que camina sin rastro
Mujer que me abrazas el alma
Mujer que me robas...
Mujer que me robas la calma
De tu boca tengo el sueño
Cada noche, cada luna solitaria
De tu pecho el medio sol al horizonte
Que se pierde, que se escapa
Sigo siendo para el fuego y el dolor
Para el miedo y el olvido
No me pidas que defina un corazón
Desatándote el vestido
la cual dedicamos a todas las compañeras revolucionarias de América, especialmente a las mujeres montaña.
Mujer Que Camina
Alejandro Filio
No conforme con tus ojos
Te propongo menos cielo, más abrazo
Hace tiempo que te sueño
Y ya no se como explicárselo a estas manos
Que se rompe en el espacio
Cuando pasas simplemente caminando
Cuánta estrella llevas puesta en la silueta
Que me sigue deslumbrando
No es la noche ni el café
lo que me obliga a caminar por esta casa
Esta maldita incomprensión
Que no despega de tu cuerpo la mirada
Sigues siendo irremediable
Imprescindible para todo lo que estalla
Como luna irrepetible
Como viento entre las ramas
Mujer para el sol de mañana
Mujer hasta el borde del alba
Mujer que te pierdo y encuentro
Mujer para afuera, mujer para adentro
Mujer desafiando a los astros
Mujer que camina sin rastro
Mujer que me abrazas el alma
Mujer que me robas...
Mujer que me robas la calma
De tu boca tengo el sueño
Cada noche, cada luna solitaria
De tu pecho el medio sol al horizonte
Que se pierde, que se escapa
Sigo siendo para el fuego y el dolor
Para el miedo y el olvido
No me pidas que defina un corazón
Desatándote el vestido
Me estremeció la mujer que empinaba a sus hijos
Hacia la estrella de aquella otra madre mayor
Y como los recogía del polvo teñidos
Para enterrarlos debajo de su corazón
Me estremeció la mujer del poeta, el caudillo
Siempre a la sombra y llenando un espacio vital
Me estremeció la mujer que incendiaba los trillos
De la melena invencible de aquel alemán
Me estremeció la muchacha
Hija de aquel feroz continente
Que se marchó de su casa
Para otra de toda la gente
Me han estremecido un montón de mujeres
Mujeres de fuego, mujeres de nieve
Pero lo que me ha estremecido
Hasta perder casi el sentido
Lo que a mi más me ha estremecido
Son tus ojitos, mi hija, son tus ojitos divinos
Me estremeció la mujer que parió once hijos
En el tiempo de la harina y un kilo de pan
Y los miró endurecerse mascando carijos
Me estremeció porque era mi abuela además
Me estremecieron mujeres
Que la historia anotó entre laureles
Y otras desconocidas, gigantes
Que no hay libro que las aguante
Me han estremecido un montón de mujeres
Mujeres de fuego, mujeres de nieve
Pero lo que me ha estremecido
Hasta perder casi el sentido
Lo que a mi más me ha estremecido
Son tus ojitos, mi hija, son tus ojitos divinos
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