Nuestra sociedad se encuentra edificada sobre los pilares del consumo y la distracción. LA TELEVISIÓN, que ocupa un lugar central en ese esquema, se nos propone ya desde el nacimiento como medio de apaciguar la insatisfacción que ella misma genera, huyendo constantemente de nosotrxs mismos y de la vida.
El grupo de estudio y trabajo “PERMANEZCAN ATENTOS A SUS PANTALLAS” está dirigido a la recopilación de material teórico y la reflexión conjunta sobre la televisión como mecanismo privilegiado de construcción de subjetividad, herramienta de domesticación y maquinaria de guerra contra todas nosotras, las de abajo.
LA CRÍTICA QUE AQUÍ SE PRETENDE va más allá de la calidad de la programación. Por supuesto que se trata de un asunto importante para los telespectadores, pero creemos que la crítica dirigida exclusivamente contra la construcción ideológica de los contenidos televisivos está mal enfocada, es errónea por parcial e incompleta. No se pretende aquí una crítica de la ya evidente desinformación-manipulación de los espacios denominados “informativos”. Ni de la brutalidad y la violencia de buena parte de la programación. Ni de la repulsión que nos producen los realitys como campo de intersección siniestro entre la crónica rosa y la negra. En definitiva, la actividad del grupo no se orienta a la crítica de la telebasura, porque creemos que algo así sólo serviría para redimir por comparación a los contenidos considerados “más serios”, (sean estos los que sean).
Dejando a un lado el aspecto teórico -lo que podría llegar a ser-, en su praxis, la tele seguirá siendo lo que es mientras no cambien profundamente las mentalidades de las personas y las estructuras económico-sociales en un proceso interdependiente y retroalimentado. No obstante, hay un obstáculo fundamental para que ese proceso de cambio pueda llegar a producirse: la propia tele.
Así pues, creemos que las plazas de nuestras ciudades no se llenarán mientras predomine la ideología de la separación, del aislamiento, en definitiva la visión burguesa del hogar en cuyo centro se encontrará siempre encendido un aparato de televisión dispuesto a concentrar sobre él todas las miradas.
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