La leyenda
La historia sobre la batalla del príncipe quiché contra la invasión española sufrió de una mitificación, la leyenda sobre el héroe quiché cuenta que éste luego de resistir ferozmente a las tropas del conquistador español Alvarado en Xelajú (actual Quetzaltenango) se encontró cara a cara en batalla con el mismísimo Pedro de Alvarado. Tecún Umán clavó su lanza en el pecho del caballo de Alvarado. El jinete, después de levantarse mató con su espada de acero al cacique clavándosela en el corazón. La leyenda cuenta que un Quetzal se posó en su sangre y de allí viene el rojo en el pecho del ave. El "mito" creció durante 400 años de colonización y fue acogido como símbolo de libertad durante la conspiración para la independencia.
Afortunadamente existe El Título K’oyoi que fue descubierto y publicado por el antropólogo Robert Carmack, pionero y experto en los estudios sobre los quichés. El manuscrito está en la Colección Robert Garrett de Manuscritos Mesoamericanos en la Biblioteca de la Universidad de Princeton. El manuscrito dedica en total 8, de las 56 páginas al evento de la llegada de los españoles y a Tecún. Basándose en este texto, Carmack ya planteó la historicidad del personaje de Tecún Umán en 1979.
El texto declara que los quichés ya estaban enterados del avance de los españoles. Estaban preparándose, construyendo obstáculos en forma de grandes lajas de piedras, fortificaciones y zanjas con estacas. Luego describe a los invasores y se muestran impresionados por sus armas, su armadura y los caballos.
Narra además cómo los españoles y sus tropas auxiliares simplemente derribaron las fortificaciones. Los señores quichés estaban asustados y mandaron mensajeros a Q’umarkaj (Utatlán) para pedir refuerzos. Enseguida salió por Tzijbachaj (hoy Totonicapán) el gran capitán adelantado, Tecún nieto del rey don Kikab.
Aquí se menciona por primera vez a Tecún Umán. Vemos que se llama Tecún, y que Umán se refiere a su parentesco con el famoso señor quiché Kikab.