CONTRA LA IMPUNIDAD

“(…) un ejemplo claro del rechazo de las conclusiones de la Comisión de la Verdad lo constituyó la aprobación de una amplia ley de amnistía pocos días después del Informe de la Comisión. La celeridad con que esta ley se aprobó en la Asamblea Legislativa puso de manifiesto la falta de voluntad política de investigar y llegar a la verdad mediante medidas judiciales y castigar a los culpables”.
Kofi Annan, en su balance final del llamado proceso de paz salvadoreño"

lunes, 26 de octubre de 2009

Carta abierta a quien torturó el cuerpo de Herbert Anaya y a quien sea que le haya disparado para matar su cuerpo.

Esta carta la escribo con la esperanza de que ustedes que la lean podrían ayudarme a distribuirla, si alguien la quiere publicar favor hacerlo tiene mi permiso, si la quieren traducir a cualquier otro idioma también lo pueden hacer tienen el copy left, ojala que de tanto rodar pueda llegar a sus destinatarios…

La vida de mi padre no estaría completamente contada sin el testimonio de quien le torturó y de quien le asesinó.

Por: Rosa Anaya Perla
tomado de http://querole.blogspot.com/
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Carta abierta a quien torturó el cuerpo de Herbert Anaya y a quien sea que le haya disparado para matar su cuerpo.

Sr. Torturador y Sr. Asesino

Presente

Esperando que todas sus labores… o lo que sea que hace hoy en día, le brinden más satisfacciones que las que tiene en sus antecedentes, esperando además que actualmente haya sido capaz de entender que los fantasmas no se encuentran en las cárceles, si no que en las celdas negras de nuestra propia conciencia y que la justicia se hace por nuestro juez interno, del cual no podemos huir... en todo caso esperando que se encuentre bien para poder leer esta carta.

Primero quisiera pedir las disculpas del caso por dirigirme a usted de esta manera tan impersonal, pero como comprenderán, la historia, las mentiras, el miedo, pero sobre todo la ley de amnistía, no me han permitido aún conocerle para poder hacer estas preguntas que tengo, tampoco me han permitido un camino efectivo a la reconciliación de la que tanto se habla en este país, pero de lo que muy pocos “expertos” tenemos.

Esta será, debo confesar una carta extraña, puesto que no nos conocemos directamente, aunque ustedes si me habrán visto en persona aunque sea un par de segundos, tal vez ni se percataron de mi presencia o la de mis hermanos y hermanas, pero a pesar de esta desventaja déjenme decirles que aunque no les conozca directamente, créanme que han tenido un impacto sumamente importante en mi vida, no solo por el hecho que usted Sr. Torturador fue quien estuvo torturando el cuerpo y la mente de mi padre Herbert Ernesto Anaya Sanabria , en la Policía de Hacienda en mayo de 1986, aunque usted también le llamaba por su seudónimo de Jacinto Morales, ¿se recuerda de él?, bueno en todo caso yo sí, que es lo importante (de otra forma no le estuviera escribiendo); y tampoco por que usted Sr. Asesino fue quien… mmmm… como le explico… llenó de balas su cuerpo para que su alma se expandiera por el mundo en cada una de las acciones que protestan por la violación a los derechos humanos… o más bien, ante sus ojos simplistas usted le mató el cuerpo pensando que con esto podía callar su voz denunciante.

Bueno en todo caso quisiera hacerles un par de preguntas ya que han pasado más de veinte años desde que Herbert fuera torturado y asesinado, y es hasta ahora que me doy cuenta de una situación de suma importancia, pues es que en mis desesperados esfuerzos por reconstruir la vida de mi padre a través de todas aquellas personas que le conocieron en vida, debo confesar que la vida de mi padre no estaría completamente contada sin el testimonio de quien le torturó y de quien le asesinó, ya que muy a nuestro pesar son ustedes quienes tienen un vinculo estrecho, casi que construyeron con sus acciones algo así como un cordón umbilical que les une hasta el día de su muerte con la historia de mi padre, muy a vuestro pesar.

Pero que mal educada soy, ni siquiera les he contado cómo nos ha ido después de sus acciones contra el cuerpo y últimos días de vida de Herbert, digo esto porque del resto de su vida ustedes ya estaban bien enterados, o por lo menos eso creían sus mentes cuadradas, pues conocías donde vivía, con quien hablaba, a su esposa Mirna, sabían los nombres de todos mis hermanos y hermanas, con quienes trabajaba, etc., pero no entendieron su pensamiento, de dónde venía como ser humano, no como el enemigo que a ustedes les construyeron. Elementos que pensaron le quebrantarían la conciencia individual por sobre la colectiva que respondía a una lucha mucho más grande, la lucha por nuestra gente y liberar al pueblo de la opresión.

Muchos años después hemos conocido de algunos detalles sobre la forma en que usted Sr. Torturador intento desesperadamente desarmar la conciencia de Herbert, como intentó quebrantar su sano juicio enmarañando con su lengua la necesidad de que mi padre traicionara sus principios, traicionará a su pueblo y su lucha, intentando con dinero, con falta de sueño, con golpes y hasta con drogas quebrantar el cuerpo para poder entrar al alma y matarla.

Le pregunto si después de tantos años ha logrado comprender quien fue realmente el torturado, ha logrado entender que sus múltiples técnicas de tortura muy bien elaboradas para quebrar uñas y huesos, infligir dolor al cuerpo humano… no pueden y jamás podrán llegar a eso que para usted es inexplicable que se llama la conciencia, el amor por la verdad.

Me pregunto si usted sr. Torturador ha logrado entender que hay una celda más oscura y aterradora que existe solamente dentro de cada uno de los seres humanos, esa celda que puede ser abierta únicamente con LA LLAVE que usted posee, se llama la maldad, esa que solo se abre cuando las personas hacen lo que usted hizo a mi padre y a miles de salvadoreños, de esa, lo más terrible es que usted es su propio torturador, su propio juez, su propio cura que le absuelve del pecado, también hay otro cuarto que está dentro de cada ser humano uno al que no llega nadie más que nosotros mismos, uno cuya llave tenemos cuando nuestro cuerpo no soporta mas el dolor físico ni psicológico, entramos a este cuarto que nos da paz, del que ni el más profesional torturador podrá quebrar las puertas jamás, eso se llama amor por tu pueblo, la traición no cabe en este cuarto.

Se habrán dado cuenta que la memoria histórica no se borra por decreto, que en sociedades como las nuestras con generaciones de hijos e hijas de tantas guerras, con nombres de muertos pero no de responsables, les pregunto a ustedes ¿Quiénes son las victimas y quiénes son los victimarios? Somos quienes hemos aprendido a llorar las injusticias para no olvidarlas y grabando en la historia sus nombres para la eternidad o son ustedes que por falta de justicia no dejan de llorar a fantasmas internos y sus nombres están condenados al olvido pues caen en los corazones secos de los “nadie” que les quiere para repetir sus nombres.

¿quien fue quebrantado en la tortura? el que decidió callar por amor, ese al que no encontraron como ponerle precio, o fue quebrantado aquel que hasta el día de hoy es incapaz de disfrutar el olor a la inocencia, porque todo lo que puede oler es sangre y mierda, quien es el que realmente murió si ahora somos miles siguiendo su ejemplo, ¿a quién fue que le mataron? si aquella voz a la que físicamente silenciaron, de quien nos privaron de su cuerpo para verle, para tocarle, para abrazarle, hasta hoy su voz se reproduce en cada eco de denuncia, en cada lagrima soltada por sus recuerdos, en cada carcajada compartida por sus actos, en cada fortaleza compilada en las luchas de la justicia.

¿Quién es el que descansa en paz señores?, si hasta hoy se dan cuenta que la justicia es lenta pero segura, que la impunidad en este nuestro mundo que va globalizando la solidaridad y la justicia, si no pregúnteselo a los generales que acaban ser condenados por delitos de lesa humanidad, no por nuestras cortes, sino por las de aquel país que les entrenó para la tortura y el asesinato, traición cosecha traición, este mi paisito dejara de ser la finca de los terratenientes, temblad de angustia aquellos entrenados por el imperio a ser gendarmes de un régimen de sangre, esos que hoy reclaman mano dura para la delincuencia piden amnistía para los genocidas y torturadores.

Señores asesinos, señores torturadores quisiera que estuvieran esta noche en este lugar frente a estos que su momento fueron sus víctimas, quisiera que vieran sus caras de felicidad por la satisfacción de no haber traicionado a su pueblo ni a la causa, satisfechos de continuar luchando por un El Salvador más justo, quisiera que estuvieran aquí ahora viendo las caras de las y los jóvenes que ya están tomando la antorcha de resistencia que ha pasado de generación en generación durante más de 500 años, esa que intentaron apagar asesinando a miles, torturando a miles, aterrorizando a un pueblo entero, mintiendo a toda una generación ocultando la historia, aquí están presentes esta noche, las y los que han comprendido que la defensa por los derechos humanos no tienen bandera, ni color, lo que tiene es historia escrita con sudor y sangre, los que entendieron que los derechos humanos, fueron lucha milenaria antes de ser escritos, y que comprenden que aunque hoy están escritos serán letra muerta mientras no continuemos exigiendo que se cumplan y denunciando a quien los violente sin importar quien sea.

Este pequeño acto es algo así como mi venganza personal, saber que cuando todos y todas las y los presentes hayamos desaparecido físicamente, retornando a nuestra madre tierra para servir de abono a nuestras sagradas plantas para que las transformen en soplo de vida, para entonces ya sabremos que también en vida servimos de abono a la esperanza.

Gracias a todos y todas las que andan con pies hinchados, a las y los que han dado más vueltas que un trompo en estos días, a las y los catedráticos de la universidad, a los custodios, a los conserjes a las y los que de una u otra manera han hecho posible que este congreso existiera, ¿quién dijo miedo?, ¿quien dijo toque de queda?, quien dijo que los derechos humanos han muerto mientras existan ustedes, que contra todo pronóstico han realizado este VI Congreso Internacional de Derechos Humanos.

Rosa Anaya

23 de octubre de 2009

5:15 pm

PD. Esta versión aun no está terminada. Pero espero hacer eso hoy por la noche

Con estas carta leída por Rosa Anaya, se dio por finalizado el VI Congreso Internacional de Derechos Humanos "Herbert Anaya" 2009.

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Desde el Municipio de Santa Ana, El Salvador, PEDIMOS...


Al Concejo Municipal de Santa Ana: reivindiquen la memoria de nuestras víctimas... reconstruyan su monumento...

Monumento a las victimas civiles del conflicto

Monumento a las victimas civiles del conflicto
Las víctimas civiles de la guerra viven en nuestra memoria con la fuerza de la verdad, muchas veces oculta por sus propios asesinos, que permanecerán escondidos a la sombra de la impunidad...Solo la verdad y la justicia podrá llevarnos hasta el perdón y a la tan ansiada reconciliación...El horror que aquí vivimos no lo debemos olvidar, para que las futuras generaciones no repitan los errores de nuestra sociedad. Santa Ana, 25 de julio de 2007 (esta es la leyenda que rezaba la placa destruída en el monumento a las víctimas civiles del conflicto)
Ubicado en Carretera de Santa Ana hacia Metapán, cercano a la frontera con Guatemala. La construcción de monumentos a las víctimas es una forma de reparación moral, un Derecho a la Memoria, un compromiso de no repetir los crueles errores...
A menos de un año de construído, fue destrozado parcialmente, incluyendo la placa de bronce colocada con la leyenda. Es por tal razón que pedimos acompañemos este repudio moral, a quienes lo hicieron....
Ahora nuestra denuncia es por que las autoridades municipales de Santa Ana no han querido reconstruir el monumento... nuestro monumento.... aún cuando hay un convenio en el cual es responsabilidad de la comuna dar el mantenimiento.