El 31 de octubre de 1989, en el local de la Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS), atestado de público y dirigentes reunidos, estalla una bomba que destruye las dos plantas del edificio, mata a seis sindicalistas y causa heridas graves a treinta y seis, de los cuales mueren después cuatro.
Así describió la escena la Comisión de Derechos Humanos No Gubernamental: "Los cuerpos presentan mutilaciones, desfiguración de los rostros, sin cabeza y laceraciones en todo el cuerpo...". También concluyó que la masacre “representa la continuación de una serie de acciones que el alto mando militar impulsa contra el movimiento popular, lo que contradice el discurso humanitario y pacificador del presidente Cristiani". (lea más...)
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