CONTRA LA IMPUNIDAD

“(…) un ejemplo claro del rechazo de las conclusiones de la Comisión de la Verdad lo constituyó la aprobación de una amplia ley de amnistía pocos días después del Informe de la Comisión. La celeridad con que esta ley se aprobó en la Asamblea Legislativa puso de manifiesto la falta de voluntad política de investigar y llegar a la verdad mediante medidas judiciales y castigar a los culpables”.
Kofi Annan, en su balance final del llamado proceso de paz salvadoreño"

Mostrando entradas con la etiqueta Dale que tu limpia sangre germinará sobre el mar.... Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dale que tu limpia sangre germinará sobre el mar.... Mostrar todas las entradas

domingo, 6 de abril de 2014

Mélida Anaya Montes: Ana María "guerrillera de la vida.... de la ternura guerrillera..."


tomado de http://eltorogoz.net/melida_anaya_montes.htm

No es posible creer que no está más entre los vivos la heroína del pueblo salvadoreño, la legendaria Comandante Mélida Anaya Montes, que era conocida bajo el nombre de guerra de "Ana María". a asesinaron al amanecer del 6 de abril de 1983.
Mélida Anaya Montes nació el 17 de Mayo de 1929 en el pequeño poblado de Santiago Texacuangos, en la zona central de El Salvador. Fue profesora de educación media, subdirectora de la ciudad normal “Alberto Masferrer”. Se doctoró en ciencias de la educación en la Universidad de El Salvador en donde impartió clases en la década de los sesenta.
A finales de esa década se convirtió en una de las principales dirigentes de la asociación gremial ANDES 21 de Junio y condujo las huelgas de profesores de 1968 y 1971, que pusieron en serios aprietos al gobierno del coronel Fidel Sánchez Hernández. Precisamente en 1970, el ex secretario general del Partido Comunista Salvadoreño, Salvador Cayetano Carpio fundó el primer grupo guerrillero de El Salvador: Las Fuerzas Populares de Liberación-Farabundo Martí (FPL).
A mediados de los años setenta, Mélida Anaya Montes, llevó el gremio magisterial al Bloque Popular Revolucionario, BPR, frente de masas de las FPL. El BPR protagonizó huelgas, tomas de templos y embajadas,manifestaciones callejeras y toda la turbulencia que presagiaban la guerra que iba a sacudir al país en los años siguientes.

viernes, 7 de marzo de 2014

José Dimas Serrano #HastaLaVictoriaSiempre #RamonSuizo

Compañeras y compañeros,
el jóven campesino chalateco José Dimas Serrano se incorporó en 1976 en nuestras nacientas unidades guerrilleras en la lucha contra la dictadura militar salvadoreña, adoptando el seudónimo de "William Conejo". Después de 14 años de combatir en nuestras Unidades de Vanguardia UV, los Batallones Guerrilleros X-21 y K-93 y en las Fuerzas Especiales de la FES cae en combate el aguerrido compañero en las faldas del Volcán de San Salvador en los preparativos de nuestra Ofensiva "Al Tope y Punto" en noviembre de 1989.
Hace 2 semanas un grupito de compañeros, entre ellos el hermano de "William Conejo", otro compañero que participó en su sepelio en 1989 y el compa "Lencho" lograron ubicar en el Volcán los restos de William Conejo y lo exhumaron junto con Medicina Legal.
Mañana viernes 7 de marzo a partir de las 5 pm en casa de sus mamá en San José Las Flores rendiremos un multitudinario tributo al compañero "William Conejo" y a todos los compañeros y compañeras que ofrendaron su sangre en nuestra lucha por construir un El Salvador y un Mundo de justicia y solidaridad entre los pobres y entre los pueblos.


¡Compañeros y compañeras caidas en combate:
Nuestra lucha continúa!

martes, 7 de enero de 2014

Primera Toma de San Fernando, Chalatenango.


Primera Toma de San Fernando, Chalatenango.
Por: Lencho. 
Escrita: Junio del 2013. Modificado en Julio 2013.



Este lugar no aparecía en los objetivos de la guerrilla; hasta que el Comandante Local junto a patrulleros de allí emboscaron una columna de compas dándoles muerte a Sebastián (Tamba Aragón) y a Rómulo ex miembro de la RN (Valiente y querido Jefe de Escuadra.)

La operación tuvo que posponerse en algunas ocasiones por diferentes motivos; como por la operación a La Montañona y consecuente muerte de Lucas (Blas Martínez) Jefe de aquella subzona; también por la deserción y posterior entrega de Chapaev a los militares destacados en ese poblado. Así también la información contradictoria o confusa de los enemigos de San Fernando.

Después de recuperarnos, de la primera operación enemiga de gran envergadura a La Montañona comenzamos todas las unidades a entrenar fuerte. Una buena parte estábamos en Laguna Seca cuando a mediados de Noviembre nos dieron orden de trasladarnos con el pelotón dos del destacamento uno de las UV para encargarnos de San Fernando. Al llegar al campamento del cerro El Candelero y revisar el plan de ataque que los compañeros de aquella subzona tenían, quedamos desconcertados. Información vaga, confusa y un croquis mal hecho. Pedimos que nos condujeran lo mas cerca que habían estado explorando las posiciones enemigas... Nos llevaron al cerro Mataras, desde donde el pueblo no se logra ver con claridad, ahí entendimos que había que hacer todo de principio a fin... Vimos un monte espeso al otro lado del Sumpul cerca de San Fernando, a donde nos trasladamos. Ese fue nuestro lugar de observación diurna de todos los movimientos. Al caer la noche entrabamos al pueblo aprovechando que no había luz eléctrica.
Exploramos metro a metro, por lo que nos tardamos más de un mes. 

Todo muy bonito y nosotros contentos; pues las cosas de permanecer así, la operación sería fácil y rápida. Nuestros enemigos sólo mantenían personal en las trincheras inmediatas a la Comandancia Local y a la Casa Cuartel de los soldados. Ellos estaban confiados en que la guerrilla no atacaría, ya que nos consideraban debilitados y quizá el sargento había explorado más a los compas que estos a él. Una vez por poco hace destrozos al campamento del Izotal; pero se le frustró gracias a un colaborador que corrió a dar aviso a los compas y lo sorprendieron. Aunque se llevó un buen susto, logró escapar ileso con sus acompañantes.  En otra ocasión emboscó a tres milicianos matando a dos y recuperando sus armas. Por lo tanto, había que darle una lección y de una vez arrebatar los fusiles a los soldados.

Todo estaba listo para los días de aquella Navidad; pero tuvimos que posponer. Resultó que nos topamos con un patrullero que al vernos agilizó su marcha y desapareció... Pensamos que informaría a su jefe lo que vio; pero después concluimos que no lo hizo; pues ésa noche y días siguientes no hubo movimiento militar o paramilitar diferente a lo acostumbrado. Nosotros mantuvimos informados a nuestros jefes de todo lo sucedido... A finales de Diciembre llegó el negro Hugo (argentino) con más compañeros/as de las Unidades de Vanguardia y personal de apoyo para entrarle a San Fernando aunque los enemigos estuvieran reforzados.


La acción la hicimos el cuatro de Enero de 1982. Determinamos que sólo el pelotón dos al mando del chele Samuel atacara los objetivos de manera simultánea apoyada por las unidades de Joaquín, Tony y otros jefes de escuadra. El pelotón uno con William (conejo) a montar un cerco y toma de alturas aledañas al sur del pueblo. El negro Hugo, Felipón y yo con otra unidad quedamos al norte para refuerzo; también junto a nosotros los/as compas del hospital móvil, al mando de Hugo-Tato (Iván pulga de Chalate).

El ataque comenzó antes del amanecer con un bazucazo más fusilería y granadas de mano a cada lugar; pero en la Comandancia Local nadie respondió al fuego ni a las palabras de: ''Ríndanse están rodeados, ríndanse o se mueren ''... Otros disparos en dirección a las trincheras enemigas y ninguna respuesta. Los compañeros avanzaron, a las trincheras y no encontraron a nadie ni vivo ni muerto. Entraron a la Comandancia y nadie! Los patrulleros que estaban de guardia se corrieron; ahí encontraron todas las armas que usaban en contra nuestra; como las que le habían quitado a los guerrilleros; pero más sorprendente aún, ahí estaba el uniforme de uso del comandante local, sus botas, pistola y fusil; pero él no aparecía por ningún lado. Samuel reportaba que la Casa-Cuartel del ejército ya la habían tomado (en unos diez minutos) y que combatían con algunos soldados que se habían parapetado en muros y casas vecinas. Nosotros al oír eso dijimos es hora que actuemos (El día estaba aclarando) . Subimos desde la rivera del Sumpul al pueblo; pero a medio camino escuché unos suaves pasos entre la hojarasca de un zanjón, al asomarme vi la espalda desnuda de un hombre cargando un niño o niña. Pensé que se trataba de un padre temeroso tratando de ponerse a salvo junto a su criatura. No le di importancia y me reincorporé a la marcha de la columna.

Llegamos al área donde se combatía con los soldados vimos a dos que huían y gritamos: ''Alto manos arriba''. Uno de ellos se acurrucó en posición de tiro hacia nosotros, cuando apareció Irene justo atrás de él y “pan pan”, lo aniquiló. El otro soldado levantó las manos en señal de rendición, fue nuestro prisionero... No hubo más combate. Decidimos no revisar las casas del pueblo ya que ahí vivían varios colaboradores y la operación aunque era militar; también era de propaganda y queríamos aumentar la simpatía del resto de la población hacia nosotros.

Los compañeros que buscaban al Comandante Local dirigidos por William o Tony (El tunco), encontraron dentro de un promontorio de tuzas de maíz a una joven que dijo ser la mujer del comandante y al preguntarle por él dijo que éste salió corriendo desnudo con sus dos hijos al disparo de bazuca mientras ella se ponía la ropa... William exclamó: ''Fue el hombre que pasó desnudo cerca de mí, con un niño en brazos y otro de la mano''. En ése momento recordé, al hombre que vi cuando veníamos hacia el pueblo. Era el mismo Comandante.... Pensé que aunque hubiese sabido que era él, no le hubiese disparado en aquellas condiciones.

Aquel hombre tenía fama de ser cruel. Castigar drásticamente a los patrulleros hasta por cosas simples; también les obligaba a matar a sangre fría con corvo o machete a “sospechosos” y a participar en las aventuras en contra nuestra, por lo que se ganó el odio de varios patrulleros y pobladores. Estas pudieron ser algunas de las razones por lo que nadie nos dijo que en ésa Comandancia Local había niños... De saberlo no abríamos usado bazuca y tal vez con un cerco a la casa hubiese bastado.

          
Aunque no capturamos o aniquilamos a nuestro peor enemigo en ése lugar, la operación la consideramos todo un éxito; pues no tuvimos ningún muerto o herido, recuperamos todas las armas de los patrulleros (Estaban sólo de agarrar) y también casi todos los fusiles de los miembros del ejército. El soldado capturado y la esposa del Comandante fueron nuestros prisioneros.

 Esta fue la primera operación a puesto fijo de las Unidades de Vanguardia UV con la táctica de ''Golpe de Mano Acompañado de un Cerco.'' El traslado desde Laguna Seca al Candelero duró tres noches y del Candelero al pueblo, otras dos. Teníamos que guardar el secreto de nuestros movimientos para garantizar el triunfo. La sorpresa en un "Golpe de Mano" es vital.

Después de algunos días, se trató de entregar a los prisioneros a la Cruz Roja Internacional. Al mismo tiempo los jefes decidieron que se les trasladara a un campamento en la zona de Los Ranchos (con seguridad mínima) y que se les orientara su posición geográfica. Ellos un día ''escaparon'' a Potonico donde había presencia del ejército gubernamental.

Al terminar la guerra, la señora ex prisionera con un hijo se incorporaron a una institución gubernamental donde también trabajan varios ex guerrilleros. El Comandante vive aunque con algunos  problemas de salud.

Aprovecho para enviar mi cariño y respeto a todos los compañeros/as que a lo largo de la lucha dieron lo mejor.


Varios de los participantes en la primera toma a San Fernando viven, ejemplo: Filomena o Ana María, William o Tony, Inés, Abel, el chele o zarco Samuel, la china (compañera de Medardo), Felipón, Braulio y muchos más. A todos ellos/as mis saludos donde quiera que se encuentren. 

sábado, 28 de diciembre de 2013

Vientos del pueblo #VictorJara

De nuevo quieren manchar
mi tierra con sangre obrera
los que hablan de libertad
y tienen las manos negras.

Los que quieren dividir
a la madre de sus hijos
y quieren reconstruir
la cruz que arrastrara Cristo.

Quieren ocultar la infamia
que legaron desde siglos,
pero el color de asesinos
no borrarán de su cara.

Ya fueron miles y miles
los que entregaron su sangre
y en caudales generosos
multiplicaron los panes.

Vientos del pueblo me llaman,
vientos del pueblo me llevan,
me esparcen el corazón 
y me aventan la garganta.

Así cantará el poeta
mientras el alma me suene
por los caminos del pueblo
desde ahora y para siempre.

miércoles, 30 de octubre de 2013

FENASTRAS: Esquirlas en la memoria (tomado de #Contrapunto)

Relato de uno de los sobrevivientes del atentado dinamitero de aquel 31 de octubre de 1989 Por Gerardo Díaz (*) SAN SALVADOR
TOMADO DE: CONTRAPUNTO

En la etapa más álgida del conflicto armado salvadoreño, los meses de octubre y noviembre de 1989, pasarían a ser los más convulsos en los que la demanda social generalizada, los representativos movimientos organizados de estudiantes, defensores de derechos humanos y sindicales serían acallados por las balas represivas del Ejército. 

 El 31 de octubre de 1989 el corazón del sindicalismo sería atacado por uno de los más tenebrosos atentados perpetrados en la historia cuando perderían la vida 9 personas. Uno de los sobrevivientes, el único que entre la sangre y terror de aquel hecho, denunció el crimen y a sus culpables, Gerardo Díaz, dirigente sindical en el exilio, toma hoy nuevamente la palabra y este es su testimonio para hacer vida la memoria: "Han pasado mas de 2 décadas y aún no puedo alejar de mi memoria aquel horroroso momento en que hicieron estallar una bomba de alto poder destructivo en el edificio de FENASTRAS, mis compañeritos y compañeritas de lucha, que ahí murieron, no conocieron el dolor, no sintieron el sufrimiento, que vivieron muchos en las cárceles de los cuerpos policiales y militares; todo fue en un abrir y cerrar de ojos, pasaban las 12:30 del mediodía y todo parecía en calma. 

Sentados en las bancas de madera nos disponíamos a tomar nuestros alimentos en el comedor popular de la federación, mi hijo Edward, Magdalena Rosales, Paz Rosales, y sus dos hijas menores; mi mesa pegada a la pared al lado de la refrigeradora. Gerardo Díaz, ex secretario general de FENASTRAS y sobreviviente del atentado en 1989 De repente la explosión, no sabía qué había pasado y todo era cenizas y humo negro con olor a gas propano; alrededor mío cuerpos destrozados y frente a mi dos niñas, entre 7 y 9 años, llorando por su vestidito roto; Paz Rosales con un brazo roto pidiendo que le ayudara a salir debajo de los cuerpos inertes de compañeros. Yo me encontraba con heridas en mi cuerpo y con los tímpanos perforados; me incorporé y tomé a las niñas en mis brazos y les puse fuera del peligro; luego me encontré con mi hijo para luego ser transportado al hospital por un cuerpo de socorro. 

sábado, 26 de octubre de 2013

¡Plantón contra la impunidad!


¡Plantón contra la impunidad! Una vez más, todos frente a Catedral Metropolitana. ¡La justicia no es cosa del pasado! ¡JUVENTUDES EN DEFENSA DE NUESTRA MEMORIA HISTÓRICA! 

 Desde principios del mes de octubre, cuando Mons. José Luis Escobar Alas decidió ponerle fin al trabajo que venía realizando la oficina de Tutela Legal del Arzobispado de San Salvador a favor de las víctimas de graves violaciones a derechos humanos desde que fue fundada en 1982, diferentes organizaciones defensoras de los derechos humanos y expresiones juveniles nos hemos mantenido vigilantes y en alerta por el evidente riesgo que corren los miles de documentos que conforman el histórico archivo de la institución. 

 Como expresión de la sociedad civil, y sobre todo de las víctimas y del pueblo salvadoreño, manifestamos nuestra profunda preocupación y enérgica condena por el accionar del Sr. Fiscal General de la República, Luis Martínez, al girar instrucciones a sus agentes para allanar las instalaciones de Tutela Legal y apoderarse de los archivos. 

Es profundamente lamentable el proceder del Fiscal, tanto por la actitud de prepotencia con que ha sostenido su posición, como por la falta de claridad sobre el destino de los documentos, que forman parte del memorial histórico salvadoreño. 

 Repudiamos la decisión del Fiscal General, y demandamos que se lleve el proceso con apertura, claridad y transparencia. Además, estimamos urgente e indispensable que tanto el Fiscal como el Arzobispo permitan que la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos cumpla su labor como garante de que los archivos permanecen a salvo, que no han sido modificados o desaparecidos, y que pueden ser resguardados. 

 Firme y decididamente, manifestamos que NO DEPONDREMOS DE NUESTRA DEMANDA DE JUSTICIA PARA LAS VÍCTIMAS Y DE RESGUARDO A LOS ARCHIVOS hasta que no hayamos garantizado que tanto el Arzobispado como su comisión, la FGR, la Asamblea Legislativa y el Órgano Ejecutivo estén cumpliendo debidamente con su responsabilidad de darle protección a los archivos, no como propiedad de la Iglesia sino como patrimonio del pueblo. 

 La lucha de la gente por la justicia, la memoria, la verdad y la reparación a las víctimas no es una lucha del pasado, es una deuda que tenemos con el futuro, y que urge subsanar en el presente.

domingo, 24 de marzo de 2013

#monseñorROMERO El francotirador que disparó contra Monseñor Romero fue un ex Guardia Nacional


Francisco Elías Valencia
Gabriela Castellón
David Pérez
Redacción Diario Co Latino
Viernes, 09 de Septiembre de 2011
Marino Samayor Acosta, Subsargento de la extinta guardia nacional.

Un subsargento de la sección II de la Guardia Nacional, y miembro del equipo de seguridad del ex presidente de la República, coronel Arturo Armando Molina, fue el misterioso personaje que disparó contra Monseñor Óscar Arnulfo Romero, aquella tarde del lunes 24 de marzo de 1980,  cuando el Arzobispo oficiaba una misa de cabo de año, de Sara Meardi de Pinto, madre del periodista Jorge Pinto, en la capilla del hospitalito Divina Providencia.



31 años después, ante la falta de acciones judiciales para esclarecer el magnicidio en su totalidad, en tanto que hay nombres de algunos de los autores intelectuales, el del tirador, por ejemplo, seguía siendo un misterio.



Hasta hoy, uno de los sospechosos había sido el doctor Héctor Antonio Regalado, quien por varios años se encargó no solo de la seguridad de la Asamblea Legislativa, sino de la seguridad del mayor Roberto d’Aubuisson.



Sin embargo, la Comisión de la Verdad, al referirse al doctor Regalado, dice: “La Comisión no encontró evidencia persuasiva de que él hubiera participado en este asesinato”.

La Comisión de la Verdad, sin embargo, dice que “recibió suficiente prueba para concluir que Regalado no sólo formó su propio escuadrón de la muerte en el pueblo de Santiago de María; sino, también, coordinaba y capacitaba las redes de d’Aubuisson en la capital”.


Información en  poder de Diario Co Latino, entregada por fuentes que estuvieron próximas a los círculos de d’Aubuisson, aseguran que el francotirador, es decir, el responsable de disparar contra Monseñor Romero, fue el subsargento de la extinta Guardia Nacional (GN), Marino Samayoa Acosta.
De acuerdo con la información, fue Mario Molina, hijo del ex presidente Molina, quien sugirió al tirador.



En aquella época, dice otra fuente a Diario Co Latino, refiriéndose a la segunda mitad de la década de los 70’s, había dos buenos tiradores: uno en la Guardia Nacional y, el otro, en la Policía Nacional.



El de la PN, “el Chato Castillo”, agrega,  fue a quien le encomendaron disparar a distancia contra la manifestación de la UES, para provocar la reacción y la respectiva respuesta del ejército que terminó en una masacre. Se refiere a la manifestación del 30 de julio de 1979.



De uno de los dos se sospechaba que podría haber sido el tirador, dice la fuente. Al final se descarta al “Chato Castillo”.
Del asesinato de Monseñor Romero, lo que era amplio conocido es que fue el mayor d’Aubuisson, creador de los escuadrones de la muerte y fundador de ARENA, quien dio la orden para cometer el crimen; y que los capitanes Eduardo Ávila Ávila, quien fue asesinado en circunstancias extrañas, en 1994, y el capitán Álvaro Rafael Saravia, fueron los que operativizaron la acción para el cometimiento del todavía repudiado crimen.



En efecto, fue el capitán Eduardo Ávila, quien, en la mañana del lunes 23, estando en casa de Roberto Daglio, periódico en mano, señala una esquela, en la que se anuncia la misa de aniversario de la señora Meardi. En ese lugar se encontraban, entre otros, Molina y Saravia.



“Esta es la oportunidad”, exclamó Ávila, acto seguido preguntó por el tirador. “No te preocupés”, le respondió Molina, “yo lo voy a poner”.
Las fuentes aseguran que el fusil con mira telescópica, de alta precisión, calibre . 219 suizo (es decir, calibre 22), era propiedad de Ávila; y el cual había sido probado, en fechas distintas, en la Finca San Luis, de Santa Tecla. El tirador estaba familiarizado con ese tipo de armas, por su especialidad o afición de tirador.



La Finca San Luis fue el lugar en el que, el 7 de mayo de 1980, fue capturado el mayor d’Aubuisson, junto a doce militares y doce civiles, quienes preparaban un golpe de Estado. Todos eran integrantes del Frente Amplio Nacional (FAN), creado por d´Abuisson, una tenebrosa organización político militar. En esta acción, fue encontrada la agenda del Capitán Álvaro Saravia, en la que estaban escritos no sólo nombres de oficiales y empresarios, con los que tenía relación el grupo de d’Aubuisson; sino, el plan del asesinato de Monseñor Romero. La cual fue clave para las investigaciones posteriores.



Entre los capturados, en aquella fecha se encontraban, además de d’Aubuisson, los mayores Jorge Alberto Cruz Reyes, Roberto Mauricio Staben; Capitanes, Álvaro Rafael Saravia, José Alfredo Jiménez, Víctor Hugo Vega Valencia, Eduardo Alfonso Ávila; Tenientes Federico Chacón, Miguel Francisco Bennet Escobar, Rodolfo Isidro López Sibrián, Carlos Hernán Morales Estupinián, Jaime René Alvarado y Alvarado.



Además, los civiles Antonio Cornejo Arango, conocido como el “Maneque”; Ricardo Valdivieso, conocido como el “gringo”; Roberto Muyshondt, Fernando Sagrera, Amado Garay, Nelson Morales, Andrés Antonio Córdova, Herbert Romero Escobar, Fredy Salomón Chávez, Marco Antonio Quintanilla, José Joaquín Larios y Julián García Jiménez.   
Todos fueron llevados a la Primera Brigada de Infantería, conocida como Cuartel San Carlos, pero, fueron puestos en libertad, el 13 de mayo del mismo año,  por el General Jaime Abdul Gutiérrez, al asumir el control de la Fuerza Armada, como integrante de la Junta Revolucionaria de Gobierno.



En una de las hojas, de la agenda de Saravia, está especificado el “Plan Piña”, es decir, el plan donde se especifica lo utilizado para asesinar a Monseñor Romero, es decir, especifica el personal, las armas y otras logísticas a utilizar para matar al Arzobispo. En la hoja, hay nombres de reconocidos oligarcas, financiadores de d´Abuisson, pero no el del francotirador. A quien identifican como “el tirador”, así como al motorista de Saravia, Amado Antonio Garay Reyes, a quien distinguen como “Amado”.
Actualmente, cuando viejos cuadros de ARENA y oligarcas se refieren al caso de Monseñor Romero, lo mencionan como “La Operación Mayor”.



Fue Amado Garay Reyes, quien el 19 y 20 de noviembre de 1987 testifica, primero ante la Comisión de Investigaciones de Hechos delictivos y luego ante el Juzgado Cuarto de lo Penal, en la que confirma que él condujo al tirador hasta la capilla de la Divina Providencia, por órdenes del Capitán Álvaro Saravia, a quien le manejaba desde hacía meses.



Amado Garay añade que después del asesinato tuvo miedo y por eso se fue a vivir a Estados Unidos, donde lo contactaron, a través de Migración, dos personas de apellidos López y Castillo, quienes le pidieron se presentara a los tribunales salvadoreños a dar su declaración en el caso de Monseñor Romero. Y, es por eso que el 17 de noviembre de 1987 llega a El Salvador, procedente de Estados Unidos.



En su declaración, Amado Garay, con lujo de detalle, narra desde el momento en que recoge al capitán Saravia, en la residencia de éste, luego al tirador, a quien recogió, según la Comisión de la Verdad, en la Casa de Alejandro Cáceres, pero, según Garay es la de Roberto Daglio, donde Garay abordó otro vehículo, el Volkswagen Passat rojo de cuatro puertas, en el que ya se encontraba el tirador, que en aquel momento era un hombre joven, barbado, a quien conduce hasta llegar a la iglesia. De la mencionada residencia salieron dos vehículos, el del tirador, y el otro en el que iban varios hombres, a quienes Amado no logra identificar. Justo en la capilla, el otro vehículo desaparece de la zona, y  el desconocido le pide a Amado que se parquee, y que mantenga el motor en marcha,  frente a la iglesia, y que simulara que estaba reparando el vehículo. El conductor dice haber visto a un sacerdote dando misa, y luego oyó un disparo, y al girar la vista hacia atrás vio al hombre de barba sostener un fusil con ambas manos. El tirador, inmediatamente le ordena, con voz calmada: “Camine despacio, tranquilo”. Aún nervioso, relata Amadeo, salió del parqueo de la iglesia y se dirigió hacia el centro de la ciudad, donde se perdió temporalmente por los nervios, pero, una vez se tranquilizó, condujo al asesino a la misma Residencia de donde  había salido.
Que una vez llegaron a la residencia, allí estaba, fuera, el Capitán Saravia, que el hombre de barba le hizo una venia con la mano derecha (el saludo militar) y acto seguida le dijo: “misión cumplida”. Este hombre de barba, según nuestra fuente es Marino Samayoa Acosta, nacido el 8 de octubre de 1949.



Al día siguiente, dice Amado Garay, condujo al capitán Saravia a una casa que parece Castillo, propiedad de Roberto Daglio, donde se encontraba el Mayor Roberto d’Aubuisson, donde Saravia le expresó que “ya hicimos lo que habíamos planeado”, y según Garay, d´Abuisson le habría respondido “no, hombre, no lo hubieran hecho todavía”, a lo que Saravia le replicó: “Como Usted ordenó que lo hiciéramos, por eso lo hicimos”.



«Se van a dar cuenta hasta dónde llega mi participación, y cómo me han involucrado a mí en cosas de las que no fui responsable’’, afirmó Saravia, a Diario Co Latino, en una entrevista realizada los primeros días de marzo de 2006 . “Pero, claro, como soy el único, al perro más flaco se le pegan las pulgas’’, agregó.



Más recientemente, el  Capitán Álvaro Saravia le dijo Al periódico digital el Faro, que “El capitán Eduardo Ávila Ávila les informa el plan: en esa misa será asesinado monseñor Óscar Arnulfo Romero Galdámez. Ya todo ha sido coordinado con Mario Molina y Roberto d’Aubuisson”.  Mario Molina, hijo del  Expresidente Arturo Armando Molina.



El fusil utilizado por el francotirador, propiedad del Capitán Ávila, fue escondido, por órdenes del mismo Ávila, en un hueco de un desfiladero, que da al mar, a la altura de uno de los túneles de la carretera Litoral.



De la vida de Marino Samayoa, hay pocas referencias, pero, según las fuentes, “cuando aparece, le dan trabajos de guardaespaldas, trabajos que desempeña por corto tiempo, y luego desaparece”.






El camino para asesinar a Monseñor Romero
La teoría del eterno retorno es básicamente que las cosas que sucedieron una vez, siguen aconteciendo infinitas veces en el pasado, por esto, el asesino de Monseñor Óscar Arnulfo Romero recorre todos los 24 de marzo casi una docena de calles hasta llegar a la Capilla de la Divina Providencia, y la bala sigue atravesando el corazón de la víctima.


El semáforo se pone en rojo. Un niño se aproxima a los carros y hace malabares con dos naranjas. Una resbala de entre sus dedos y se destripa.
Una pregunta que siempre me venía a la mente: ¿dónde está el asesino de Monseñor Romero? ¿Está vivo? Si aún sigue con vida seguramente es mayor de edad, entre 60 a 70 años calculó. Hoy sé que está vivo, que nació el 8 de octubre de 1949.



Amado Garay describió al tirador como un hombre barbado, de entre 25 y 27 años, - y a juzgar por el testimonio- un tipo hecho de hielo y muy calculador, y experto en hacer de la muerte una cosa cotidiana.



Un día de marzo de 1980, Garay y Saravia salieron de la casa de este último en la Colonia la Rabida, 714, a la par del “Chalet Italia”. 
El Capitán Saravia vivió sobre la 37 Calle Oriente, pero su casa ya no existe. El “Chalet Italia”  ya no se puede ubicar más que en el recuerdo de los habitantes más antiguos de la zona.



Rodeamos la calle intentando encontrar el sitio, - Garay dice en su declaración que entraron al Pasaje San Juan- y no encuentro nada.



Una pareja de ancianos platica en una puerta, nos dirigimos a ellos – ¿conocieron el Chalet Italia?- estuvo por aquella esquina responde la longeva.
Solo encontramos el pasaje “Italia Sur” y las casas 728, 718,.. los números desaparecen y de pronto la vivienda 14. Algo no concuerda.



Le pregunto a un vigilante sobre la casa 714, no sabe pero llama a un señor calvo de ojos claros y lentes enormes que hace memoria.



Él tiene más de 20 años de vivir en la zona, pero desde que llegó, la numeración ya estaba desordenada. ¿busca a alguien? Me pregunta.
Le explico y dice que ese apellido le suena conocido. ¿Dónde está el chalet Italia? Y ¿la casa del Capitán Saravia? Esos recuerdos desaparecieron el 24 de marzo de 1980.
El capitán lo guió hasta un portón color negro, ubicado en la Colonia San Benito, casa número 549, sobre el Boulevard del Hipódromo. Al detener el carro sonó el claxon, y un señor abrió, tras lo cual se dibujó una cuestecita y dos árboles de marañones japoneses.



El capitán Saravia entró en la residencia y Garay permaneció en la estancia, minutos después una empleada le ofreció pan y refresco que aceptó gustoso.
La Colonia San Benito seguramente ha cambiado 31 años después. Platico con un vigilante, busco la casa número 549, pero no existe. 548, 548 A… debe ser al otro lado, allá están los nones – señala el hombre unos apartamentos de lujo-



Los números, en ese lado de la calle, son impares, las viviendas desbordan lujo, pero sigo intranquilo por saber cual es la casa exacta donde Garay observó por primera vez al asesino.



Sospecho que el radio donde estaba ubicada la residencia en cuestión se ubica desde los apartamentos “Villa Romana” hasta el local de “Jorge Arguett, Haute Couture”.
Comiendo estaba cuando Saravia le señaló un Volkswagen rojo “manejá ese carro” y “seguí ese carro que está adelante”.
Se subió y un hombre barbado estaba sentado en la parte trasera derecha, no lo reconoció.



La orden fue clara y la cumplió: siguió el carro sin cuestionar el rumbo, cruzó por aquí, por allá, un sin fin de vueltas, pasó frente al Colegio García Flamenco, luego en la Colonia Miramonte pasaron sobre una calle de tierra y entraron en un portón negro.



Perdieron la pista al carro que debían de seguir, el hombre barbado le indicó que dieran la vuelta frente a una iglesia, lo hizo y se detuvo entre tres a cuatro metros de distancia antes del sitio religioso.



“No, párese frente a la iglesia” le sugirió el acompañante en el vehículo. Lo hizo y observó a un sacerdote que oficiando misa, no prestó atención.
Acto seguido el hombre barbado le dijo que simulara una reparación, por lo que manipuló la palanca de velocidades y se agachó sin cuestionar.
Hay una gran quietud frente a la Capilla de la Divina Providencia. Me alejo un poco de la entrada y trato de calcular la posición del hombre que disparó a Monseñor Romero.
Los brazos firmes, fuerza, precisión y paciencia para escapar sin dejar la mínima huella de su paradero por más de tres décadas.



De usar barba debería estar canosa, su cabello igual. Si Amado Garay lo tuviese enfrente ¿lo reconocerá?
Una detonación fuerte asustó a Garay, el olor a pólvora y los gritos lo estremecieron, asustado vio que el barbado sostenía un fusil que sobresalía al lado derecho del carro.
Segundos de confusión, no supo que hacer, la mente en blanco anticipando temores, nerviosismo y lo inaudito: “camine despacio, tranquilo”, le dijo el barbado.
Nunca apagó el vehículo, mientras sus manos temblorosas apretaban el volante aceleró hasta el centro de San Salvador, se perdió, no se ubicó, pero logró sobreponerse a sus nervios y regresó a la casa de la colonia San Benito.



Garay y el barbado se bajaron del Volkswagen rojo,  el capitán Saravia los esperaba y el hombre que sostuvo entre sus manos el rifle lo saludó: “misión cumplida”.
Saravia se dirigió a Garay “¿por qué te tardastes tanto?, el chofer alegó a su favor que se había perdido.



Saravia y el barbado entraron a una habitación de la casa mencionada y el chofer se quedó comiendo marañones japoneses.
Pasado el tiempo, Saravia salió y le ordenó: “ahora no vamos a dormir en mi casa, sino a otra, sigamos a ese carro”.



El 27 de marzo, tres días después de la detonación frente a la iglesia, Garay fue junto con Saravia a una casa “que parecía castillo” frente al Canal Dos de Televisión.
“Centro Comercial Loma Linda” dice un rótulo en la entrada. Hay varios negocios: desde una escuela de artes plásticas hasta imprentas. 
Al fondo un amplio parqueo y un árbol que sirve de sombra para los carros. Quizá el único testigo de lo que fue en aquella fecha.
Aquí presentó el capitán Saravia al Mayor, Roberto d’Aubuisson los resultados de la misión: “Ya hicimos lo que habíamos planeado”.

campaña permanente

Desde el Municipio de Santa Ana, El Salvador, PEDIMOS...


Al Concejo Municipal de Santa Ana: reivindiquen la memoria de nuestras víctimas... reconstruyan su monumento...

Monumento a las victimas civiles del conflicto

Monumento a las victimas civiles del conflicto
Las víctimas civiles de la guerra viven en nuestra memoria con la fuerza de la verdad, muchas veces oculta por sus propios asesinos, que permanecerán escondidos a la sombra de la impunidad...Solo la verdad y la justicia podrá llevarnos hasta el perdón y a la tan ansiada reconciliación...El horror que aquí vivimos no lo debemos olvidar, para que las futuras generaciones no repitan los errores de nuestra sociedad. Santa Ana, 25 de julio de 2007 (esta es la leyenda que rezaba la placa destruída en el monumento a las víctimas civiles del conflicto)
Ubicado en Carretera de Santa Ana hacia Metapán, cercano a la frontera con Guatemala. La construcción de monumentos a las víctimas es una forma de reparación moral, un Derecho a la Memoria, un compromiso de no repetir los crueles errores...
A menos de un año de construído, fue destrozado parcialmente, incluyendo la placa de bronce colocada con la leyenda. Es por tal razón que pedimos acompañemos este repudio moral, a quienes lo hicieron....
Ahora nuestra denuncia es por que las autoridades municipales de Santa Ana no han querido reconstruir el monumento... nuestro monumento.... aún cuando hay un convenio en el cual es responsabilidad de la comuna dar el mantenimiento.