En el año de 1978, llegó a la Parroquia de Santa Maria
Ostuma, el Padre Porfirio Martínez, fue el quien comenzó a promover, las
Comunidades Eclesiales de Base, a través del estudio de la Biblia , encarnada en la
realidad que se vivía en ese momento, la verdad, la justicia social y el amor. Así fue como en esta comunidad, se fueron
formando grupos de estudio. Pero también
habían personas que hablaban mal del grupo de estudio, incluso los tildaban de
comunistas, otros decían que tenían armas de guerra, algunos de ellos
pertenecían a cuerpos de seguridad o de ORDEN (orejas).
El día viernes 30 de Mayo de 1980, durante la mañana sobrevoló una
avioneta de la Fuerza Aérea
Salvadoreña, sobre la comunidad.
Por la noche llegaron miembros de la Fuerza Armada , Guardia Nacional
y Policía de Hacienda al municipio de Paraíso de Osorio.
A eso de las 4:30 a.m. del día Sábado 31 de
Mayo de ese mismo año, llegando a la comunidad El Carrizal, un joven de nombre Samuel Hernández, de 17 años de edad, salió
al patio de su casa, esperando que amaneciera para salir a trabajar al cantón
El Transito, cuando se percató que lo tenían rodeado los soldados, mientras los
habitantes de la comunidad dormían el joven se corrió buscando el lado de una
quebrada, devanándose en la oscuridad, y en medio de la balacera que hizo el Ejército
y los Cuerpos Represivos. La gente
despertó y en la angustia comenzaron a gritar, muchas personas al salir a fuera
de sus casa se dieron cuenta que en las esquinas de sus casas habían
soldados. Hubo una niña llamada Rosita de 8 años de edad, que
salió corriendo desde adentro de su casa, los soldados le dieron con un corvo
partiéndole completamente la cabeza.
Tanto los soldados como los cuerpos represivos
(Guardia Nacional y Policía de Hacienda) dieron la orden que nadie saliera de
sus casas, pero sin embargo hubo personas que se corrieron y estas fueron:
-
Un
señor de nombre Ventura Hernández, se corrió en medio de la balacera y logró
sobrevivir.
-
El
señor Vicente Hernández, se
corrió pero le pagaron un balazo en un pie, lo siguieron y lo alcanzaron, luego lo hicieron picadillo con un corvo.
-
De
la misma forma a una señora de nombre Rosario Molina, con seis meses de
embarazo, se corrió la siguieron y la asesinaron con un corvo.
-
La
señora Esterlina Cerón, con
nueve meses de embarazo, salió a traer a un niño de dos años que estaba afuera
de la casa, le dispararon y le pegaron un balazo en las costillas falleciendo
de inmediato.
-
Nicolás Hernández de 18 años de edad, se escondió debajo de una cama, lo
sacaron del pelo, arrastrándolo hasta un tronco y ahí lo decapitaron.
-
Gerardo Hernández, intento correr pero ya lo estaban
esperando los soldados, quienes le dieron un balazo en la boca del estomago,
muriendo en el mismo momento.
Señora Maria
Dolores Vásquez, sobreviviente de la masacre, manifiesta que:
Estaba encerrada con su esposo Isidro López y sus dos hijos Julio
de tres años y José Yoni de un año y medio. Los soldado les dieron la orden de que
abriera la puerta de la casa, de lo contrario les iban a tirar una bomba, fue
por ello que dice que salió con un niño chiniando y el otro jalando, le dieron
la orden que se fuera a encerrar a otra casa, pero ella salio para la calle
pensando huir, pero se dio cuenta que todo estaba lleno de soldados, guardias y
policías; entonces se regreso para la casa que le habían mandado, fue ahí donde
vio que a su esposo, lo tiraron al suelo, boca abajo, le pusieron el fusil en
la espalda. Un soldado se reía al ver
que ella lloraba, el soldado le decía señora ¿Por qué llora? Sino pasa
nada. Luego dice la sobreviviente (Maria
Dolores) que para que ella ya no viera nada, se llevaron a
su esposo (Isidro López), para la parte de atrás de la casa, solo le
veía los zapatos, cuando escucho un grito ¡¡¡hay!!!... fue cuando lo mataron con un corvo.
Luego dice que le dieron la orden que no
saliera de la casa porque ellos iban a permanecer hasta las 5:00 de la tarde,
cuando le dieron esta orden era las 6:00 de la mañana. Pero inmediatamente salieron buscando la zona
de la escuela. Antes de llegar a la
escuela le dieron fuego a cinco casas quemando maíz y todas las pertenencias de
la gente, quienes ya no estaban ya se habían ido. Detrás de los soldados iba Manuel Díaz,
miembro de la comunidad y miembro de ORDEN.
Don Juan
Hernández, manifiesta
que a la hora de la masacre no estaba en la comunidad, a las 4:20 de la mañana
había salido para la zona del Río Jiboa, al terreno del Sr. Magdiel Escobar, ya
que era donde tenía milpa. Al oír la
balacera dice que se regreso y se fue a esconder a unos matorrales, cerca del
camino, ahí se mantuvo, hasta que pasaron los soldados para la zona de arriba
(la escuela).
Fue entonces que se regreso para la comunidad y
encontró a su esposa Esterlina Cerón,
a quien los soldados habían asesinado y que tenía nueve meses de embarazo, dice
Don Juan que la criatura todavía se le movía en el estomago.
En seguida comenzaron a llegar familiares y
amigos, recogieron con palancas los cadáveres y otro grupo trabajo en la
excavación de una fosa común donde sepultaron las siguientes personas.
Adultos:
1. Gerardo Hernández
2. Vicente Hernández
3. Nicolás Hernández
4. Isidro López
5. Rosario Molina
Niña:
1. Rosita Hernández, 08 años
Joven:
1. Balanca Nieve López, 18 años y enferma mental
Esta joven la asesinaron cuando iban los
soldados hacia arriba buscando para la escuela, está enterrada en el mismo
lugar donde la asesinaron.
Don Juan Hernández, manifiesta que se fueron a
huir por la vega del Río Jiboa, junto a su mana Lucia
del Transito Hernández. Don Juan cuenta que cargaba seis hijos: Marta Lilian de 12 años de edad, Eugenio de 10 años de edad, Manuel de 8
años, Juan Antonio de 5 años, Tito de 4 año y Ricardo de 2 años de edad.
Familiar que salieron a huir de la comunidad:
-
Carmen
Beltran
-
Herminio
Beltran (Miembro de la ORDEN )
-
Familia
Vásquez
-
Familia
Cerón
-
Familia
Muñoz
-
Familia
González
-
Familia
López
Anduvieron huyendo por seis meses, los miembros
de ORDEN llegaban a la comunidad, algunos solo llegaban con corvos, pero otros
andaban con pistolas, las familias querían regresar a la comunidad, pero por
esta situación no podían.
A los seis meses la Junta Revolucionaria
de Gobierno, dio la ley de amnistía, las familias se incorporaron a la
comunidad, pero todos los domingos se presentaban al cuartel de Zacatecoluca,
los torturaban, y después los pasaban a la Guardia Nacional ,
los torturaban psicológicamente; y por último los pasaban a la Defensa Civil.
Don Juan Hernández, cuenta que en la Defensa Civil , lo torturaron en
cuatro veces, lo amarraban de pies y manos, y lo encadenaban del cuello, y lo
colgaban de una viga, esto lo hacían
según manifiesta Don Juan, porque él, era el responsable de los grupos de estudio
bíblicos, Le exigían que aceptara y
dijera la verdad, si el Padre Porfirio Martínez, tenía las armas; también le
decían que entregara las armas que supuestamente tenían enterradas. Al ver que Don Juan, no decía nada lo
amarraron de las manos y comenzaron a torturarlos, lo rempujaron de forma que
se estrelló contra la pared, y le comenzaron a dar patadas, esto duro media
hora, Pero Don Juan Manifiesta que no
sentía los golpes, dice que sentía el cuerpo como de hule. Estas torturas fueron dirigidas por el Comandante Zelaya.
El Coronel Jeremías Leiva intercedió para que lo dejaran de
torturar, Leiva era miembro de la 5° Sección del cuartel de Cojutepeque.
Personas que fueron
torturadas por El Ejército, Guardia Nacional y Defensa Civil:
- Juan
Hernández
- Ceferino
Vásquez
- Alirio
Vásquez
- Ester
Vásquez
- Vaudilio
González
- Agustín
Favian
- Isaías
Favian
- Julian
Cerón
- Osmin
Cerón
- Luis
Favian
- Virgilio
Favian
- Esperanza
Díaz
- Jorge
Ortíz
- Maria
Luz Cerón
- Angelita
Cerón
Después de todo esto se quedaron en la
comunidad, con la represión psicológica de la Guardia Nacional , esto fue por
tres años de 1980 – 1983. Durante este
periodo también sucedieron los siguientes actos de represión y asesinatos:
Ø Miembros de la Defensa Civil llegaron a la
comunidad y violaron a dos muchachas.
Ø En otra ocasión pasaron para El
Paraíso de Osorio, miembros de la Defensa
Civil , al llegar a un lugar donde estaba una bomba de agua,
encontraron a una familia de cuatro personas (el papá, la mamá y sus dos hijos)
una niña de 4 años y otra de 2 años de edad, asesinándolas en el mismo lugar. Esta familia era de El Paraíso de Osorio.
Este hecho quedó
impune, en el cual participó Rigoberto Aldana y Beto Mejia, miembro de la
comunidad y miembro de la Defensa Civil.
Después de esto los de la Defensa Civil , al mando del
comandante Zelaya se quedaron haciendo actos de hurto (robo) a nivel de zona.
Ø En otra ocasión llegaron: Otoniel
Cerón, Elías Cerón (cabo del ejército) y Humberto Mejia Echegollen (apodado el
cacerola), quien era jefe de ORDEN y asesinaron al Señor Jorge López, miembro de la comunidad, los asesinos se
encapucharon y se hacían pasar por guerrilleros.
La comunidad quedó en silencio, nadie decía
nada, según lo manifiesta Ramiro Alvarado quien tenía 12 años de edad en 1980, cuando
fue la masacre de El Carrizal.
Fue en el años de 1994, 14 años después, dice
Ramiro Alvarado que comenzó a visitar los hogares de la comunidad, con la
propuesta de abrir un trabajo de organización en la comunidad, pero dicho
trabajo era a nivel del partido del FMLN.
La gente tenía miedo y se sentía abandonada.
La primera
conmemoración de la masacre se desarrolló en el año de 1999, estando en la Parroquia de Santa Maria
Ostuma el Padre Santos Martínez
Martínez, también hubo apoyo del Padre
David Rodríguez y del Padre Trinidad
Nieto, quien concelebró la misa junto al Párroco Rodríguez. En esta misa participaron 8 personas y la
misa se celebró en la parroquia.
Seguidamente hicieron una caminata para la fosa común donde depositaron
flores.
En el año 2000 se invito al Padre
Rutilio Sánchez, la misa la celebró en la fosa común, debajo de un gran
aguacero, en ese año ya estaba el Padre
José Roberto González Cisneros, en la parroquia de Santa Maria Ostuma.
La conmemoración de esta masacre se ha ido
celebrando año con año pero a sido coordinada por el FMLN.
Para las próximas conmemoraciones pretendemos
planificarla, coordinarla y desarrollarla de una forma más directa con la
comunidad y con el apoyo de instituciones, alcaldías y demás personas que
quieran colaborar en mantener viva la historia de nuestros mártires.