CARTA ESCRITA POR
JESÚS ROJAS A LOS PAPÁS DE LA CHANA
Queridos Anselmo y Angelita:
Si
me lo permiten, de todo corazón deseo decirles queridos papás.
Desde que cayó
Susana los he andado conmigo muy cerquita, deseando darles un
abrazo fuerte y llorar un rato acompañado y compartir con ustedes este
Inmenso dolor. Muchas veces tengo que hacerlo solo.
Quisiera verlos y estar con ustedes.
Aun me cuesta
aceptar y hablar de la Chana sin emocionarme, los lazos que nos unían iban más allá
de los límites normales. Y es un verdadero desgarre que costará cerrarlo.
He escrito
algunos poemas y otras reflexiones que se las envío con esta carta, son
sentimientos más que arte, lágrimas, digo yo, que no quería que se secaran en las mejillas sino compartirlas. Se los
mando con todo mi cariño.
Quería enviarles una copia a Valentín y a mis papás, pero
no me quedo chance, talvez ustedes puedan. He estado recogiendo lo que muchos compas me han expresado sobre
Susana, lo que significaba para ellos, lo que representaba para nuestra organización
y nuestro pueblo. Son testimonios, otros le hicieron poemas. Compitas
militantes, militantes de base, compas internacionalistas, cuadros de la orga y
del FMLN los estoy copiando para enviárselos mas después. También algunos
cassettes donde habla Susana del trabajo con el pueblo, otro con aportes al
estudio de nuestra Formación Social, las entrevistas que le hicieron donde
habla Felipe, un programita que le dedico la Radio Farabundo Martí, el
comunicado del CC informando de su muerte. Todo lo que he podido recoger que
sirva para que otros puedan conocer la calidad humana y revolucionaria que
tenía. Espero poder enviárselos e ir sacando tiempo para transcribírselos.
Susana continúa
presente entre las masas de Chalate, la recuerdan con un cariño inmenso. Uno
llega a los caseríos y le hablan de ella como si perdieron alguien de su
familia, algo muy de ellos, pero que les mostró un camino, les dio un ejemplo a
seguir. Y su disposición se ha elevado. Muchos combatientes y compañeros y
compañeras la sentían como una madre, “mamá Susana” le decían antes que cayera,
porque se preocupaba por ellos, los aconsejaba, los trataba con ternura y
cariño, los apoyaba en sus problemas personales.
El enemigo tiro una propaganda de guerra psicológica con la foto de la
Chana, diciendo que murió abandonada, etc. El efecto fue todo lo contrario a lo
que quería el enemigo, casi todos recortaron la foto y la llevan pegada en la
culata del fusil forrada con plástico y tirro, o la andan pegada en los
cuadernos de apuntes, o en sus carteras, la pusieron en los periódicos murales
de los campamentos. En los caseríos de la población civil, donde trabajaba también
recortaron la foto y se la enseñan a uno cuando los visita, o la pegan en la
pared y le ponen florecitas. En una casita humilde la tenían (la foto esa que tiro el enemigo)
bien adornada con flores y con una velita junto a otra foto de Monseñor Romero,
“son los santos de ahora” me dijeron. No deja uno de emocionarse con todo esto.
El 2 de
noviembre las masas de los caseríos cercanos donde cayó y esta enterrada,
fueron a limpiar el lugar y le llevaron flores. “Aquí cayó” le dicen a uno.
“Aquí venía a comer y se sentaba ahí a cantarnos y hablarnos de la nueva
sociedad que un día todos vamos a levantar”. “Viera como la querían los
cipotes, cuando venía todos se alegraban”. Y así recoge uno por aquí, por allá,
o le cuentan otros compas lo que dicen sobre ella.
Lo más
valioso es que para todos el recordar a Susana
se convierte en una ratificación de su compromiso con la lucha de este
pueblo. “no cayó en vano, pues seguiremos su ejemplo”, “Ahora nos toca a
nosotros continuar su camino”, son las cosas que dicen los compas.
En el
Frente Apolinario Serrano se hicieron dos operaciones con su nombre, el ataque
a la Nueva Concepción con la “Agrupación de Batallones Felipe Peña Mendoza” y
un golpe de mano a una de las posiciones de la defensa inmediata del Cuartel
del D.M. Nº 1 de Chalatenango, un lugar conocido como El Chuptal donde se
aniquiló la oposición de 12 soldados. La última Campaña Nacional Militar del
FMLN (Nov.-Dic.86) también llevo su nombre y el de los dos compañeros de la
R.N.
La Chana
estaba en uno de sus mejores momentos, creciendo, desplegando toda su
iniciativa y creatividad, suelta, alegre, super cariñosa, entusiasta,
emprendedora. Después de una pequeña “crisis” que pasamos a fines del año
pasado, habíamos profundizado la relación entre nosotros y estábamos súper
enamorados como si recién empezábamos con la ventaja de todos los años
compartidos y de mas madurez.
Yo no estaba en Chalate cuando cayó, andaba por el F. Ama
(muy querido por Anselmo), allá me tocó tragar gordo. No se si ya conocen los
detalles, sino en otra carta se los contaré. Fue valiente pero no le dieron
chance.
De mi
parte, en mi disposición y firmeza, la perdida de la Chana la ha elevado y
fortalecido, se templa uno más. Pues le conmueven todos los cimientos, todas
las raíces y motivaciones mas íntimas son sacudidas y revitaliza el compromiso.
Nunca me sentí más convencido y optimista de nuestra lucha, de los principios
en los que creo, de la perspectiva victoriosa de esta revolución. Además, la
solidaridad y el apoyo de todos los compañeros, el desarrollo de la lucha
combativa de las masas, las victorias de nuestras unidades militares, los nuevos
milicianos que se incorporan, ver que los compas combatientes que andan con uno
crecen, maduran, se desarrollan, son factores que fortalecen y ayudan a
sobrellevar, ese vacío.
Supe que
Carlos platicó con ustedes y les dio la noticia y me alegró mucho saber que
respondieron como revolucionarios. Así lo pensaba que sería. Y los
revolucionarios somos lo mas humano que puede haber en esta tierra, por ello
se que lo sintieron profundo y les dolió
infinitamente. Que han sido fuertes y generosos, sus hijos han aprendido de
ustedes eso y mucho más. Rebeca me envió las cartas de ustedes con fecha dic.85 o enero 86 y cuando recibí la que le
enviaban a Susana (Angelita le enviaba una) ya había caído y no las pudo leer.
Antes habíamos revivido otra con unas fotos de Volodia y Adrianita, que las
guardo conmigo.
La Chana
estaba escribiendo de nuevo, y componiendo canciones otra vez, tenía mil
proyectos en la cabeza. Tenia un cuaderno de poemas que se perdió en su caída,
posiblemente uno de los compas de seguridad que cayó el día antes los quemo,
pues encontraron junto al cadáver de
este compa (Oscar se llamaba) los restos de papeles quemados (él le andaba los
papeles). He logrado rescatar algunos, que otros habían copiado o tenía copia
en otros cuadernos, son poquitos para lo que había hecho. Ahí se los mando
también con esta carta.
Con un
compa que va para allá les envío 2 pares de anteojo que usó la Chana y los había
enviado a limpiar. Va también la foto que les contaba tiró el enemigo.
No se si
les habrán contado, pero fruto de una relación muy estrecha afectiva-familiar,
que estableció Susana primero y después los tres, con una compita combatiente,
planteamos a la organización el adoptarla como hija y nos lo aprobaron. Hace 8 años lo habíamos
hecho con otro compita que entonces tenia 12 años (ahora es miembro del partido
y oficial de la FES). Así que son dos
hijos adoptivos que tuvimos y tengo. Ella se llama Ana María, este año se
acompañó y ya están esperando bebito, el día antes que muriera Susana cumplió
21 años. Él se llama José y también va a cumplir 21 años. O sea, son dos hijos
grandes que ahora me queda a mí el duplicar el cariño para ellos. Son
relaciones y experiencias normales, pues no pueden desarrollarse “normalmente”
en medio de una guerra popular como la
nuestra, pero que eso mismo le imprime una intensidad y una dimensión profunda
y creadora. Con Susana compartíamos el pensamiento y el sufrimiento en torno a
esto y nunca abandonamos la esperanza de tener uno algún día con la ayuda de los adelantos en el campo de la medicina
que tiene el socialismo. Pero también sentíamos la necesidad de concretarlo en
la práctica y en el camino nos encontramos con otros cipotes también
necesitados de cariño y ternura, de padre y madre que repusiera lo que habían
perdido o estaba muy distante para sentirlo. Ambos que adoptamos perdieron a
sus padres, asesinados por la guardia o el ejército y a casi todos sus
hermanos.
Quisiera
seguir escribiéndoles y compartir tantas cosas con ustedes, que podría
terminarme el cuaderno y otros más. Aprovechando otra ocasión en que se garantice
que les llegue, les enviaré lo que les digo y les seguiré escribiendo.
Espero que
estén bien de salud, y que el cuchamperrito (corazón) no les cause mas
problemas, cuídense bastante que los necesitamos. Me le dan un abrazo a la abuela (tanto que me hablaba Susana de
ella), lo mismo que a Adrianita y Volodia. Para ustedes todo mi cariño y un
fuerte abrazo.
Revolución o Muerte
Venceremos
Jesús
Diciembre
86.