El templo católico de Villa el Rosario, es el lugar, donde se encuentra el santuario de los mártires, asesinados el 20 de enero de 1980, a mano de la fuerza armada de nuestro país, quien se encargo de segar estas vidas, con la falsa idea de exterminar con los sueños que ansiaban tener una vida digna, pecado mortal que lo pagaron con lo más preciado, la vida.
Han transcurrido treinta años, que nuestros mártires derramaron su sangre, para hacer germinar nuestra tierra, pero su sacrificio no ha sido en vano, pues de su fuerza y valentía salieron nuevos hombres que hicieron suya su causa y levantaron su estandarte, para que al igual que los masacrados aquel 20 de enero, quedaran en un aparente fracaso como lo podemos ver, en las cruces que son parte del santuario del los mártires de nuestro pueblo, pero su fuerza y su valor nos interpela a transformar lo que ayer fue una utopía que hasta el día de hoy no ha dejado de ser eso, porque las causas que los llevaron a tan trágico destino no han desaparecido, pues impera la miseria, la exclusión, marginación…etc., de tal forma que celebrar la memoria de aquellos hombres y mujeres comprometidos con la dignificación y reivindicación de la causa de los pobres es hacer presente su sueños y sus esperanzas y de tal manera que nos comprometamos a no dejarlos morir.
Este día 29 de enero, recordamos a los caídos, simbolizados en cruces pegadas a la pared húmeda y apolillada por el tiempo, situación que nos permite hacer un símil, de lo que parece para muchos su causa, como algo del pasado, que ha quedado obsoleto y sin motivos para recordar y esto es lo que muchos quisieran, “olvidar;” unos para no sufrir por el vacio que dejaron, otros para ocultar sus crimen, cosa que por ninguna de las dos situaciones podemos permitir, es por eso que este día los recordamos a nuestra modo, con una banda y un mariachi cantando se inicia lo que será un reflexionar sobre lo que ellos ya dieron y los desafíos que nos plantean a la sociedad de hoy que disfrutamos como triunfo y logro de sus vidas sacrificadas.
Luego de escuchar y cantar las canciones que disfrutaron y que hicieron que se comprometieran a tal extremo de dar sus vidas, se pasa a la celebración donde se presentaron mediante símbolos, lo que sus vidas fueron y seguirán siendo “modelo” para las futuras generaciones del compromiso y lucha para lograr vida con dignidad y todo lo que ello con lleva.
¡Compañeros cuanta falta nos hacen! y eso lo constatamos por el testimonio que fueron dando durante la actividad, los familiares de las victimas que aquí recordamos, cuan grande era su
claridad para ver una nueva patria, donde hubiera un espacio para todos, de modo que nos permita trabajar y vivir con dignidad, pero como bien lo recordó una joven al declamar el poema “patria exacta” la mentira marcha y camina junto a nosotros y hay un que otro empleado de gobierno que sigue haciendo discursos demagógicos que si apenas se entienden, de esta forma recordamos a nuestros mártires hoy donde como dije al principio su sacrificio no fue en vano, pues las cosas han cambiado y todo gracias a los que de forma generosa dieron todo lo que tenían, sus vidas, todo por tomar en serio el papel que les correspondió hacer en su tiempo, ahora a manera de interpelación, repito el estribillo de la canción que interpreto Sebastián torogos, que los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos y es así que a partir de este momento es prohibido llorarlos si no que por el contrario deben ser banderas, pero no para arroparnos con ella, por el contrario se trata de alzar simbólicamente sus ideales y el que no tenga disponibilidad de hacerlo debe abandonar la pelea.
Toda esta actividad que se llevo a cabo en el templo de villa el rosario, desde la una de la tarde hasta caer la noche, es parte del compromiso que deben ir adquiriendo las nuevas generaciones por mantener viva la memoria y el sacrificio de aquellos ofrendaron su vida para ver cambios, de tal forma que no se trata de un simple recuerdo, sino más bien de actualizar los compromisos de estas nuevas generaciones que con el correr de los años y productos de la globalización se ven afectados por nuevas formas de vida y con el correr de los años se va olvidando de este sacrificio de amor de nuestros mártires y nos vemos condenados desde esta perspectiva a sufrir los estragos de la irracionalidad del poder y de los que mezquinamente lo quieren todo.
Así que, el sentido de celebrar a los caídos, es dignificar a las víctimas y tenerlos presente con su aporte tan valioso por construir la paz, pues de olvidarnos cometemos el terrible error de condenarnos a actualizar y dar cabida a la barbarie y el animalismo de los que se creen absolutos y creen que todo cuanto existe por herencia les pertenece. ¡Maldita herencia del pasado!
“Un pueblo que olvida a sus héroes, es un pueblo sin gloria y al ser así su mala memoria lo condena a repetir los ciclos de esclavitud y retrasar la libertad por los sin nombre conquistada”
El esfuerzo de esta actividad por mantener presente el compromiso de los que cayeron se lo demos al comité de memoria histórica de villa el rosario, y a los sencillos que sin decir nada trabajan con la sola satisfacción que cada actividad que se realiza sea un éxito.
Amilcar Antonio Hernández Chicas.
Han transcurrido treinta años, que nuestros mártires derramaron su sangre, para hacer germinar nuestra tierra, pero su sacrificio no ha sido en vano, pues de su fuerza y valentía salieron nuevos hombres que hicieron suya su causa y levantaron su estandarte, para que al igual que los masacrados aquel 20 de enero, quedaran en un aparente fracaso como lo podemos ver, en las cruces que son parte del santuario del los mártires de nuestro pueblo, pero su fuerza y su valor nos interpela a transformar lo que ayer fue una utopía que hasta el día de hoy no ha dejado de ser eso, porque las causas que los llevaron a tan trágico destino no han desaparecido, pues impera la miseria, la exclusión, marginación…etc., de tal forma que celebrar la memoria de aquellos hombres y mujeres comprometidos con la dignificación y reivindicación de la causa de los pobres es hacer presente su sueños y sus esperanzas y de tal manera que nos comprometamos a no dejarlos morir.
Este día 29 de enero, recordamos a los caídos, simbolizados en cruces pegadas a la pared húmeda y apolillada por el tiempo, situación que nos permite hacer un símil, de lo que parece para muchos su causa, como algo del pasado, que ha quedado obsoleto y sin motivos para recordar y esto es lo que muchos quisieran, “olvidar;” unos para no sufrir por el vacio que dejaron, otros para ocultar sus crimen, cosa que por ninguna de las dos situaciones podemos permitir, es por eso que este día los recordamos a nuestra modo, con una banda y un mariachi cantando se inicia lo que será un reflexionar sobre lo que ellos ya dieron y los desafíos que nos plantean a la sociedad de hoy que disfrutamos como triunfo y logro de sus vidas sacrificadas.
Luego de escuchar y cantar las canciones que disfrutaron y que hicieron que se comprometieran a tal extremo de dar sus vidas, se pasa a la celebración donde se presentaron mediante símbolos, lo que sus vidas fueron y seguirán siendo “modelo” para las futuras generaciones del compromiso y lucha para lograr vida con dignidad y todo lo que ello con lleva.
¡Compañeros cuanta falta nos hacen! y eso lo constatamos por el testimonio que fueron dando durante la actividad, los familiares de las victimas que aquí recordamos, cuan grande era su
claridad para ver una nueva patria, donde hubiera un espacio para todos, de modo que nos permita trabajar y vivir con dignidad, pero como bien lo recordó una joven al declamar el poema “patria exacta” la mentira marcha y camina junto a nosotros y hay un que otro empleado de gobierno que sigue haciendo discursos demagógicos que si apenas se entienden, de esta forma recordamos a nuestros mártires hoy donde como dije al principio su sacrificio no fue en vano, pues las cosas han cambiado y todo gracias a los que de forma generosa dieron todo lo que tenían, sus vidas, todo por tomar en serio el papel que les correspondió hacer en su tiempo, ahora a manera de interpelación, repito el estribillo de la canción que interpreto Sebastián torogos, que los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos y es así que a partir de este momento es prohibido llorarlos si no que por el contrario deben ser banderas, pero no para arroparnos con ella, por el contrario se trata de alzar simbólicamente sus ideales y el que no tenga disponibilidad de hacerlo debe abandonar la pelea.
Toda esta actividad que se llevo a cabo en el templo de villa el rosario, desde la una de la tarde hasta caer la noche, es parte del compromiso que deben ir adquiriendo las nuevas generaciones por mantener viva la memoria y el sacrificio de aquellos ofrendaron su vida para ver cambios, de tal forma que no se trata de un simple recuerdo, sino más bien de actualizar los compromisos de estas nuevas generaciones que con el correr de los años y productos de la globalización se ven afectados por nuevas formas de vida y con el correr de los años se va olvidando de este sacrificio de amor de nuestros mártires y nos vemos condenados desde esta perspectiva a sufrir los estragos de la irracionalidad del poder y de los que mezquinamente lo quieren todo.
Así que, el sentido de celebrar a los caídos, es dignificar a las víctimas y tenerlos presente con su aporte tan valioso por construir la paz, pues de olvidarnos cometemos el terrible error de condenarnos a actualizar y dar cabida a la barbarie y el animalismo de los que se creen absolutos y creen que todo cuanto existe por herencia les pertenece. ¡Maldita herencia del pasado!
“Un pueblo que olvida a sus héroes, es un pueblo sin gloria y al ser así su mala memoria lo condena a repetir los ciclos de esclavitud y retrasar la libertad por los sin nombre conquistada”
El esfuerzo de esta actividad por mantener presente el compromiso de los que cayeron se lo demos al comité de memoria histórica de villa el rosario, y a los sencillos que sin decir nada trabajan con la sola satisfacción que cada actividad que se realiza sea un éxito.
Amilcar Antonio Hernández Chicas.
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