Estimados compas, reciban todos un fraterno saludo. Les envio la siguiente nota para conmemorar la masacre de cinco miembros de mi familia, yo soy testigo y sobreviviente de la masacre. Por favor pueden publicarla y si lo desean pueden escribir mi nombre sin miedo. Gracias y felicitaciones por su iniciativa y trabajo historico para nuestro pueblo.
A la memoria de:
José Martin Rodríguez Rebelo, 81 años.
Gregoria Suria de Rodríguez, 71 años.
Inés de los Ángeles Rodríguez de Pineda, 41 años.
Norma Elizabeth Pineda Rodríguez, 7 años.
Mario Eliseo Rodríguez Pineda, 1 ½ años.
(Asesinados, la tarde del 14 de febrero de 1981, en el Cantón de Santa Barbará jurisdicción de Tecoluca –San Vicente; por los soldados de Guajoyo, en combinación con los soldados de San Nicolás Lempa y la Guardia Nacional).
Los cadáveres permanecieron un par de días tirados, pudriéndose en la casa; hasta que un grupo de guerrilleros voluntarios de las FPL, bajaron del volcán Chinchontepec para darles sagrada sepultura. Contaron los guerrilleros que al llegar se encontraron que los perros y los chanchos ya habían andado con algunos pedazos de cadáver.
Dos de las víctimas fueron asesinadas con bala, Inés murió con una bala en el pecho y su hija, Norma, murió con una bala en la espalda. Las otras tres victimas fueron asesinadas a machetazos por la misma mano que cometió toda la masacre.
El nombre del soldado asesino es, Lorenzo García, era originario de Guajoyo (le llamaban Lencho Pelagato). Entre los soldados andaba Gabriel Andino Aparicio, miembro de Orden y gran Oreja que ponía el dedo, con los soldados o la guardia a todo aquel inocente que le caía mal, acusando la gente de ser guerrilleros. Se dice que Gabriel mato a su propia hermana, Consuelo Andino, para probar a los soldados su lealtad. También andaba otro hombre llamado Jesús García, padre de Lorenzo, era otro Oreja originario de Guajoyo. Otro soldado lo conocíamos con el nombre de Santos, originario de Guajoyo. Y un quinto soldado que conocíamos solo por el sobrenombre de: el Pato.
Responsables: Fuerza Armada
SIN JUSTICIA: En 1992, con el apoyo de de la CDHES y la presencia del Instituto de Medicina Legal, se buscaron las victimas para hacer la exhumación, los cadáveres no fueron encontrados. Se presume que los cadáveres fueron cambiados de lugar por los soldados. El caso fue presentado a la Comisión de la Verdad. Pero como nunca se pudo encontrar los cadaveres, no se pudo comprobar mi testimonio con la manera que habian sido asesinadas las victimas. Entonces nunca se pudo llevar a juicio a los culpables.
Hoy nuestros asesinos se desplazan entre nosotros, con toda impunidad, llevan a sus hijos a la escuela y nosotros continuamos viviendo en el miedo y en el silencio. No dejemos este tipo de herencia a nuestros hijos y futuras generaciones. Ya basta de tanta impunidad y silencio. ¿Y si nosotros y nosotras, no reivindicamos la memoria de nuestras víctimas, quién lo hará?
A la memoria de:
José Martin Rodríguez Rebelo, 81 años.
Gregoria Suria de Rodríguez, 71 años.
Inés de los Ángeles Rodríguez de Pineda, 41 años.
Norma Elizabeth Pineda Rodríguez, 7 años.
Mario Eliseo Rodríguez Pineda, 1 ½ años.
(Asesinados, la tarde del 14 de febrero de 1981, en el Cantón de Santa Barbará jurisdicción de Tecoluca –San Vicente; por los soldados de Guajoyo, en combinación con los soldados de San Nicolás Lempa y la Guardia Nacional).
Los cadáveres permanecieron un par de días tirados, pudriéndose en la casa; hasta que un grupo de guerrilleros voluntarios de las FPL, bajaron del volcán Chinchontepec para darles sagrada sepultura. Contaron los guerrilleros que al llegar se encontraron que los perros y los chanchos ya habían andado con algunos pedazos de cadáver.
Dos de las víctimas fueron asesinadas con bala, Inés murió con una bala en el pecho y su hija, Norma, murió con una bala en la espalda. Las otras tres victimas fueron asesinadas a machetazos por la misma mano que cometió toda la masacre.
El nombre del soldado asesino es, Lorenzo García, era originario de Guajoyo (le llamaban Lencho Pelagato). Entre los soldados andaba Gabriel Andino Aparicio, miembro de Orden y gran Oreja que ponía el dedo, con los soldados o la guardia a todo aquel inocente que le caía mal, acusando la gente de ser guerrilleros. Se dice que Gabriel mato a su propia hermana, Consuelo Andino, para probar a los soldados su lealtad. También andaba otro hombre llamado Jesús García, padre de Lorenzo, era otro Oreja originario de Guajoyo. Otro soldado lo conocíamos con el nombre de Santos, originario de Guajoyo. Y un quinto soldado que conocíamos solo por el sobrenombre de: el Pato.
Responsables: Fuerza Armada
SIN JUSTICIA: En 1992, con el apoyo de de la CDHES y la presencia del Instituto de Medicina Legal, se buscaron las victimas para hacer la exhumación, los cadáveres no fueron encontrados. Se presume que los cadáveres fueron cambiados de lugar por los soldados. El caso fue presentado a la Comisión de la Verdad. Pero como nunca se pudo encontrar los cadaveres, no se pudo comprobar mi testimonio con la manera que habian sido asesinadas las victimas. Entonces nunca se pudo llevar a juicio a los culpables.
Hoy nuestros asesinos se desplazan entre nosotros, con toda impunidad, llevan a sus hijos a la escuela y nosotros continuamos viviendo en el miedo y en el silencio. No dejemos este tipo de herencia a nuestros hijos y futuras generaciones. Ya basta de tanta impunidad y silencio. ¿Y si nosotros y nosotras, no reivindicamos la memoria de nuestras víctimas, quién lo hará?
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