Tatyana "Tanya" Nikoláyevna Sávicheva (en ruso: Татьяна "Таня" Николаевна Савичева), (25 de enero de 1930 - 1 de julio de 1944) fue una niña rusa que escribió un breve diario durante el asedio de Leningrado en la Segunda Guerra Mundial. El diario que escribió era corto pero conmovedor.
Entre los documentos presentados como prueba en los Juicios de Núremberg se encontraba una pequeña libreta que perteneció a la escolar Tania Sávicheva, de Leningrado. Hay fechas en seis páginas, con una muerte asociada a cada una.
Seis páginas — seis muertes. Nada más, solo notas breves y concisas y una observación final:
Zhenia murió el 28 de diciembre de 1941, a las 12:30 horas.
La abuelita murió el 25 de enero de 1942, a las 3:00 p.m.
Leka murió el 17 de marzo de 1942, a las 5:00 a.m.
El tío Vasia murió el 13 de abril de 1942, 2 horas después de la medianoche.
El tío Lesha el 10 de mayo de 1942 a las 4:00 p.m.
La mamá el 13 de mayo de 1942 a las 7.30 a.m.
Los Sávichev murieron.
Murieron todos.
Solo quedó Tanya.
Tatyana "Tanya" Sávicheva era la más joven de la familia de un panadero, Nikolái Rodiónovich Sávichev, y una costurera, Mariya Ignátievna Sávicheva. Su padre murió pronto, cuando Tatyana tenía solo seis años, dejando a Mariya Sávicheva con cinco hijos — tres niñas, Tania, Zhenia y Nina, y dos niños, Mijaíl y Leka.
La familia planeó pasar el verano de 1941 en el campo, pero la invasión de la Unión Soviética por parte de Alemania el 22 de junio arruinó sus planes. Todos, excepto Mijaíl, que ya se había marchado, decidieron quedarse en Leningrado. Todos ellos trabajaron para apoyar al ejército. Mariya Ignátievna cosió los uniformes, Leka trabajó como cepillador en la Fábrica del Ministerio de Marina, Zhenia en la fábrica de munición, Nina en la construcción de las defensas de la ciudad. El tío Vasia y el tío Lesha sirvieron en la defensa antiaérea. Tanya, que entonces tenía solo once años, cavaba las trincheras y ponía fuera las bombas incendiarias.
Un día Nina fue a trabajar y no regresó. La enviaron al lago Ladoga y después fue evacuada urgente. La familia no estaba consciente de esto y pensó que había muerto.
Tras unos días, en memoria de Nina, Mariya Ignátievna le dio a Tanya una pequeña libreta que había pertenecido a su hermana y que se convertiría después en el diario de Tatyana.
Sólo entonces fue cuando Sávicheva tuvo un auténtico diario una vez, un cuaderno grueso en el que anotaba todo lo importante que le sucedía. Lo quemó cuando ya no había nada más para alimentar la estufa en invierno, pero conservó la libreta de su hermana.